ARTÍCULOS

Criar en comunidad

Autora: Maria Folch

[cresta-social-share]

La importancia de la ayuda mutua y del intercambio de conocimientos durante la crianza.

Estudiar la evolución de la familia y el concepto de infancia a través de la Historia es apasionante. Son muchos los factores sociales, económicos y culturales que han hecho evolucionar los significados y experiencias ligados a esta etapa de la vida tan intensa que es la maternidad/paternidad. Intensa sea cual sea la aproximación pedagógica, creencias y valores que los padres posean. Porque a pesar de que lo cultural cambia y tiene un peso increible, lo biológico se reconoce también de una gran importancia. Hoy en día se considera un hecho objetivo el que los niños necesiten a sus padres y a otras personas acompañantes durante largo tiempo hasta poder alcanzar un cierto grado de madurez e independencia.

articulo_criar_en_comunidadarticulo_criar_en_comunidad

A este respecto, conviene recordar que el ser humano nace mucho más inmaduro que otros mamíferos. El bebé humano es mucho más dependiente de su cuidador y durante mucho más tiempo, siendo incapaz de alimentarse por sí mismo. Un dato interesante es que el cerebro humano necesitará completar su desarrollo especialmente los meses posteriores al parto. Además la rápìda digeribilidad de la leche humana inicial, hace que, durante los primeros meses, la alimentación del bebé deba ser a demanda. Por otro lado, numerosos autores han demostrado también que la necesidad de contacto físico y afecto del bebé por parte de sus cuidadores es esencial para garantizar una óptima salud emocional y física. Todos estos cuidados atentos y constantes hacia el recién nacido, pueden, en casos extremos, incluso marcar la diferencia entre la vida y la muerte, como se ha demostrado en situaciones de ausencia total de acompañamiento adulto que han sido documentadas. A todo ello hay que añadir que, la madre, en caso de ser la principal cuidadora, especialmente durante las primeras semanas y meses de vida del bebé, necesita ser apoyada emocional y logísticamente por otros adultos de su entorno para poder acompañarlo, cubriendo los cuidados mínimos que su biología requiere.

En la actualidad, en muchas sociedades occidentales, la crianza es protagonizada por la que se ha denominado "familia nuclear": padre, madre e hijos. Esto no es así ni en todas las culturas ni países del mundo, ni ha sido así en nuestras sociedades "industrializadas" en otras épocas y contextos, en las que se cuenta o se contaba con una familia "extendida" de apoyo (padres, tíos, abuelos, primos, vecinos...) que en ocasiones incluso vive/vivía bajo el mismo techo.

El hecho de contar con un grupo estable de adultos de referencia, puede marcar una gran diferencia en la experiencia que conlleva la crianza. En el caso de que dicha familia nuclear carezca de una red de adultos disponibles para apoyarles, o si ésta atraviesa un momento personal en el que estos familiares no estén cerca, ­por ejemplo un cambio de país por motivos laborales­ puede derivar en algunos casos en complicaciones serias. Las redes de apoyo, familiares o de cualquier otro tipo, son absolutamente necesarias para intentar evitar que los principales cuidadores literalmente se "quemen", sobrepasando los niveles de cansancio y estrés soportables, e incluso caigan en un estado depresivo, debido a la falta de descanso y la frustración derivada del constante sentimiento de "no estar a la altura". En nuestro escenario occidental, donde el modelo más común de familia es el nuclear, ­especialmente en contextos urbanos­ la situación puede agravarse además por las dificultades de conciliar la vida familiar y profesional. A las necesidades de intercambio de información y apoyo emocional se unen pues unas necesidades de apoyo logístico, que a menudo no son fáciles de cubrir y requieren de constantes sobreesfuerzos por parte tanto de los padres como de los hijos.

La creación de redes de apoyo entre familias ha sido un fenómeno que se ha dado históricamente de forma natural. Compartir experiencias durante la crianza, y ayudarse mutuamente es algo que, especialmente las mujeres, hemos hecho durante generaciones. El modo en que estos intercambios se llevan a cabo, está evolucionando especialmente los últimos años, con la utilización cada vez más extendida de internet como fuente de información y socialización en relación con las diversas etapas de la crianza. Al mismo tiempo, cada vez más son los profesionales que se dedican a asesorar y a publicar acerca de la infancia, debido, entre otras cosas, al reconocimiento mundial de la importancia de la etapa infantil en la construcción de una vida adulta saludable y del rol positivo de las familias en la educación. Por ello cada vez son más los padres que con la voluntad de reciclar informaciones y adquirir habilidades.

Otra característica de la experiencia actual de los padres occidentales, es la facilidad con la que pueden tener acceso a conocimientos específicos sobre la infancia y la crianza, y a la vez, la dificultad de tener a su disposición una gran cantidad de informaciones de fuentes diversas, en ocasiones incluso contradictorias. Esta diversidad de información ha contribuido sin duda al hecho de que muchas familias estén adoptando formas de crianza y educación con una mirada distinta a la de sus propios padres. Son muchas las familias que buscan contactar con otras que estén en su misma línea de pensamiento, y algunas incluso llegan a "diseñar" sus propias redes de apoyo personalizadas, fuera de su mismo contexto personal y familiar, creando comunidades a la que coloquialmente denominan "su tribu".

Por otro lado, si bien es cierto que los blogs y webs de maternidad, tanto de profesionales de la salud como de madres a nivel particular, están siendo un gran apoyo y herramienta para muchas familias, conviene también recordar que no pueden sustituir la necesidad de intercambio personal y presencial. A pesar de que muchos padres se sienten más cómodos comentando algunos temas en el anonimato de la red, otros muchos intentan encontrar espacios físicos donde reunirse con familias de su misma "tribu" o estilo de maternidad/paternidad, para intercambiar experiencias y ayudarse mutuamente en la logística de la crianza, algo que inevitablemente requiere presencialidad. Por todo ello, tanto las redes de familias presenciales como virtuales, se han convertido para muchas familias de hoy en día, en un complemento indispensable para una crianza saludable, no sólo para los niños, sino también para los padres. Estas redes, además, cuando tienen la posibilidad de ser enriquecidas o dinamizadas por profesionales que comparten su saber y experiencia de forma respetuosa con la intuición de los padres y características de cada familia, pueden resultar toda una experiencia de aprendizaje y crecimiento personal. Pueden llegar a ser algo así como una "universidad para padres".

Imaginar de modo colectivo, tanto en contextos públicos como privados, modos de organizarse para cubrir las necesidades de todos, hacer la vida en familia más fácil, y disfrutar más del proceso de ser padres, es sin duda uno de los retos a los que nos enfrentamos. Cuando se escuchan colectivamente todas las voces, y hay verdadera voluntad de diálogo y cooperación, la suma de la imaginación de un grupo de personas y/o entidades puede llegar a tener un verdadero impacto positivo en la vida de muchas familias, aportando soluciones prácticas a corto plazo. El momento histórico en el que nos encontramos, además, está caracterizado por profundos cambios que afectan a todos los países del mundo, en el que las realidades sociales y culturales están cambiando velozmente, y en el que, incluso en muchos países privilegiados, el Estado puede no disponer ya de los medios suficientes para cubrir las necesidades de las familias en su complejidad actual. En este contexto, además, las familias y culturas están atravesando grandes cambios, en parte derivados de los procesos migratorios presentes en todo el mundo, y en parte provocados por cambios también en la economía y medios de subsistencia de los países. Nos encontramos en un momento interesantísimo en el que la experiencia de ser padres presenta nuevos y apasionantes retos, los cuales nos invitan a reinventarnos y a crecer en el proceso.

Descubrir el poder de la cooperación a partir de la experiencia de criar en comunidad, integrando distintas voces y miradas (desde profesionales, familia nuclear, familia extendida, familias del entorno cercano y experiencias de otras culturas) puede llegar a ser toda una revolución social a nuestro alcance. Si además tomamos consciencia de que la experiencia de algunos grupos y entidades ya existentes puede facilitar enormemente la creación de otros, o que podemos añadirnos al trabajo que algunos llevan años realizando, no tendremos la sensación de tener que comenzar todo de cero. Podemos ir pasando el testigo de nuestra experiencia y recoger la de otros. De este modo, el esfuerzo podría ser cada vez menor, y los beneficios de la cooperación podrían ser cada vez mayores. Internet y su "aldea global" es una herramienta de incalculable valor para poner en contacto personas y experiencias similares ­incluso en países distantes­ que no podemos desaprovechar. Por ello es bonito ser consciente de que formamos parte de una "gran tribu" mundial de padres, que tenemos en común la búsqueda de" lo mejor" para nuestros hijos, aunque este "lo mejor" pueda ser distinto en cada lugar. Las familias de hoy en día podemos construir y contar con dos niveles de colaboración: una comunidad más cercana y presencial, y otra más amplia y tal vez más basada en lo virtual. Con ello, podemos contribuir infinitamente a revolucionar el mundo de la maternidad/paternidad y marcar una diferencia histórica, en beneficio de una gran cantidad de familias ­sin olvidar la nuestra propia­, siempre y cuando seamos capaces de sumar nuestros esfuerzos y participar, cada uno en la medida de sus posibilidades, en la construccion de una gran "tribu global".

SERVICIOS OFRECIDOS:

• Creación de redes de apoyo logístico y de intercambio de información entre familias
• Asesoramiento para grupos de padres ya existentes, presenciales o virtuales
• Orientación y acompañamiento en la búsqueda de información básica de preparación a la maternidad/paternidad.

Todos los servicios se pueden realizar por Skype o teléfono.
Para pedir información: maria@mariafolch.com